He cumplido tres décadas viviendo en la República Federal de Alemania. En cierta medida sigo estando cerca de Chile por los afectos varios y mis áreas de investigación, pero muy lejos en cuando a la realidad que se vive actualmente en el país que dejé en 1989.
La prensa internacional sitúa a Chile como un país SS (seguro y serio). La ropa sucia se lava en casa y la bien sucia se entierra o incinera en los hornos de la historia. Rara vez los titulares de los principales medios de prensa que circulan en la Rep. Federal de Alemania (Frankfurter Allgemeine Zeitung, Die Zeit, Frankfurter Rundschau, Süddeutsche Zeitung, Die Welt, Die Tageszeitung, Le Monde Diplomatique e.o.) dan cuenta sobre los trastornos de la fértil provincia. A veces se filtra uno que otro escándalo financiero, pero en general Chile es presentado por los medios como un país que garantiza la inversión y ofrece un turismo súper exclusivo.
Esta suerte de terremoto “político-social” nos ha dejado cual Condorito: ¡exijo una explicación!
Los acontecimientos no me sorprenden, lo que sí me impresionó mucho fue la reacción internacional frente a los militares en la calle: “poniendo orden” y/o “reprimiendo”, dependiendo de la orientación política del medio. La información orientaba a la opinión pública hacia tendencias radicales y radicalizantes.
“Por unos $30 (treinta pesos) de más” la gente se volcó en masa protestando en las calles con niveles de violencia y vandalismo al parecer no tan inusuales actualmente en Chile. En otro contexto, como réplica social del terremoto del 2010 ocurrió algo parecido en Concepción. El ejecutivo también tuvo que decretar «estado de excepción constitucional de catástrofe» en las regiones del Maule y del Biobío, principalmente por los actos de saqueo.
No he dejado de pensar en lo que está pasando en Chile y tengo demasiadas preguntas y casi ninguna respuesta. No al menos satisfactorias. El pasado jueves fui al cine del Instituto Francés a ver la película “Les Misèrables” (2019) del director francés Ladj Ly que ganó el premio del jurado del Festival de Cine de Cannes del 2019. Ambientada en París el 2018 nos muestra que revueltas como las del 2005 siguen latentes y presentes en las zonas periféricas y marginales de esa ciudad. En ese marco, me pareció estar viendo imágenes chilenas en otro paisaje urbano más brutal y con historial de levantamientos comenzando por la revolución de 1789 llamada “la francesa”. Le siguieron otras y Víctor Hugo se inspiró en la revolución de julio de 1848 para escribir su drama histórico Les Misérables (París 1862). Hoy en noviembre del 2019 Ladj Ly se inspira en Víctor Hugo para contar su drama ambientado en Montfermeil. Es en parte su propia historia como hijo de emigrantes malineses en la marginalidad de la ciudad luz. El principio del más fuerte y la obediencia por miedo en el marco de la pobreza, segregación social y étnica. Violencia, injusticia, corrupción etc. es el escenario en el cual se socializa el protagonista de esta historia al amparo de las mafias y al desamparo del estado. Aceptar la injusticia de un sistema ya no funciona por resignación a la “divina providencia” y el límite lo impone una circunstancia que de casual a banal deviene en trascendental. Este chico, como muchos de los chilenos que hoy destruyen el espacio público y privado en muchas ciudades de Chile, consigue la cohesión de sus pares en el infortunio y la ira cual lava de volcán hace erupción.
Tradujeron el título del film al alemán como “Die Wütenden” (los iracundos por lo de ira).
A diferencia de otros filmes que cuentan cómo son las reglas en la calle para los patrulleros: The wire (2002-2008) o training day (2001) este film tiene un componente documentalista que le quita toda ficción. Es brutalmente real.
A continuación planteo algunas preguntas desde la facticidad de los hechos que espero alguien las pueda y quiera responder:
Primera pregunta: ¿Quiénes promueven la violencia, el vandalismo y el saqueo y por qué razón?
Me parece que en estas acciones no hay un espíritu ni de Guillermo Tell ni Robin Hood.
Gran diversidad de arengas se esgrimen desde diversos sectores, pero hay algo que queda absolutamente claro y eso independiente del color político: el modelo económico de libre mercado llegó a su límite en Chile. No es la “chusma inconsciente” como gritaba Alessandri, ni “el pueblo-compañero” de Allende los que hoy reclaman en Chile por una “justicia social”. By the way la justicia como parámetro debe ser siempre social. Esta nueva generación de actores públicos no tienen nada que perder en la calle…salvo la vida.
Segunda pregunta: ¿La desigualdad en la distribución de ingresos es el resultado del modelo económico?
A la desigualdad radical de ingresos se suma un alto costo de servicios básicos (luz, agua y energía para calefacción); aranceles universitarios que superan lejos el sueldo mínimo mensual; prestaciones médicas limitadas, jubilaciones precarias e.o. Demasiadas prestaciones fueron dejadas al juego de la oferta y demanda del libre mercado.
Tercera pregunta: ¿Cuál es el origen de los problemas que hoy afectan o limitan la vida de la mayoría de los chilenos?
Personalmente me llama la atención la gran cantidad de chilenos que se están radicando en Berlín y no solo porque sea “a nice place to be”, sino por la falta de oportunidades y perspectivas que ofrece Chile para un sector no menor de las nuevas generaciones. El conocido barrio de Charlottenburg ha sido apodado como Chilotenburg debido a la gran cantidad de chilenos que actualmente viven en ese sector. Las redes de chilenos, especialmente vía Facebook, son muy activas y ponen de manifiesto una suerte de emigración con un carácter muy especial. En el marco de los últimos acontecimientos en Chile hicieron presencia en la Puerta de Brandenburgo en una manifestación apoyando la causa chilena.
Cuarta pregunta: ¿Las comunidades de chilenos en el exterior constituyen una fuerza para un cambio del paradigma político en Chile?
Los chilenos han sido siempre patiperros y la franja, si bien es larga, también es estrecha. Recorrer Chile de norte a sur buscando oportunidades ha dejado de ser alternativa para una parte importante de la generación joven. Quienes pueden arriesgan un start up afuera, tal como lo hicieron los antepasados de algunos de estos nuevos emigrantes. Sin duda un pasaporte de la comunidad ayuda en el emprendimiento “sobre-vivir en Berlín”, pero tampoco garantiza el éxito. En mi libro Paralelo 40° dedicado a las comunidades de emigrantes alemanes en Chile cuento una historia que deja entrever los avatares de la gestación de un proyecto país, que aún no ha logrado consolidarse como estado de derecho. No hay apuro, Roma no se hizo en un día, pero hay apremios y serios.
Quinta pregunta: ¿Cuál es el proyecto país de las últimas décadas y cómo se ha implementado?
Me socialicé en la X Región en una suerte de little Germany junto a los descendientes de extranjeros en el sur de Chile. En una de las muchas paradojas de la historia chilena los chilenos éramos minoría étnica y no sólo en la “Schule”. Entre mímesis, ensayo y error fuimos internalizando el know how y el hand out que trajeron estos nuevos “chilenos”. Discretamente se fueron asimilando, se sintieron chilenos y tuvieron su primera participación política de enfretamiento con la autoridad durante el gobierno del León de Tarapacá (Arturo Alessandri Palma). El trágico episodio que ha pasado a la historia como la “Matanza del Seguro Obrero” (5 de septiembre de 1938).
Sexta Pregunta: ¿Quiénes son los patriotas?
Los acontecimientos vividos en el sur de Chile durante los periodos históricos que aún siguen dividiendo a los chilenos me han dado una suerte de perspectiva algo más pluralista como legado de una socialización en ese “otro” Chile tan lejos de la capital del Reino. El problema actual no es la falta de medios como en otros países en los cuales no hay recursos y tampoco activos ni pasivos importantes. No es el caso de Chile, sino la mezcla de mala administración, negligencia e indolencia, corrupción. Esto tanto en el sector público como en el privado.
Séptima pregunta: ¿Es el clientismo, la corrupción, la mafia, el robo de las arcas públicas…o todas las anteriores?
En los filosófos el interés por la red publica es ocasional y rara vez demasiado social. Es más bien un asunto de lógica y estructura para pensar y entender la política (politeia). El arte de gobernar, es decir organizar políticamente a los habitantes de una comunidad y administrar justicia, no es teoría, es praxis. Dicha praxis política se fundamenta en principios que devienen de la reflexión de filósofos. Maquiavello por ejemplo dejó a través de su libro “El Príncipe” un modelo de praxis que sigue haciendo escuela independientemente del modelo económico o el sistema de organización política.
Octava pregunta: ¿Quién ha pensado Chile y en Chile?
Los principios básicos que fundamentan la organización del ejercicio político figuran en las constituciones como derechos fundamentales. Sin la consideración de éstos el ejercicio de la politica no llegará nunca a buen término. Los textos clásicos sobre el tema no han perdido su vigencia: Platón, La República (πολιτεία); Aristóteles, Política (Πολιτικά), Marco Tulio Cicerón, de re publica e.o. Todos ellos entendían por política la organización de la polis y el nomos y no la de partidos políticos. El parámetro se medía en términos de capacidad de garantizar justicia, la cual no siempre va en directa relación con la ley. El equilibrio que permite la estabilidad social incluso en las sociedades con enormes desigualdades o en periodos de grandes crisis requiere un ethos (ἔθος).
Novena pregunta: ¿Garantiza la Constitución un estado de derecho?
Al comenzar mis estudios en Alemania mi interés estaba centrado en la investigación del tópico “movimiento” (Bewegung). Siempre me llamó mucho la atención el fenómeno de las movilizaciones sociales durante el siglo XX reclamando justicia en el contexto de movimientos (peronismo, falagismo). Fueron espontáneas, emocionales, provocadoras y muy performativas. Se dieron en el marco de un movimiento. Su carácter político fue casi un efecto colateral. Rule of law (estado de derecho) está garantizado en una carta fundamental, pero “the right to have righs” (el derecho a tener derechos) depende de la organización de las comunidades “de intereses”.
Décima pregunta: ¿Cuál ha sido el movimiento máas importante en Chile?
Woodstock marcó a toda una generación. “Love and peace” y no a la guerra de Vietnam tuvo un carácter internacional. El 68 alemán como movimiento político tras el atentado al legendario líder universitario Rudi Duschke dio paso al terrorismo. La RFA tuvo en jaque al canciller Helmut Schmidt. La transición del nacionalsocialismo a una democracia tuvo su precio. El milagro alemán no garantizó la paz interna. El objetivo de tapar los efectos del nacionalsocialismo con un nuevo modelo económico no pudo con las fisuras en el sistema.
Décimoprimera pregunta: ¿68 chileno?
Lo esencial de un movimiento no es su predicado, movimiento social, feminista, político etc. sino su esencia: panta rhei (πάντα ῥεῖ), todo fluye. El avance, el curso que va tomando dicho avance y la metamorfosis producto de dicho movimiento no responden a la lógica de un proyecto político estructurado. Incluso en el afán de contener, reprimir o promover un movimiento, el curso que éste puede tomar y sus resultados son impredecibles. La movilización de masas conlleva siempre un riesgo, ya que éstas son acéfalas y tienen un fuerte componente emocional que puede ser muy peligroso. Odio, venganza, resentimientos latentes se adueñan de la situación. En Ruanda movilizaron mediante una emisión de radio una matanza que terminó en genocidio en menos de dos semanas.
Decimotercera pregunta: ¿Guerra civil?
Se puede reprimir y/o detener un levantamiento, pero no un movimiento cuando éste ha tomado su curso natural. El movimiento como la movilización puede en sí ser violento, pero sólo en la dinámica de la propia naturaleza del proceso. Esto garantiza la transformación en el marco de dicho proceso y no la destrucción total.
Decimocuarta pregunta: ¿Cómo contener a la gallá cuando en la cancha hay más de dos gallos?
El contexto de un movimiento está situado en el apremio de la naturaleza de las cosas. El movimiento para llegar a ser revolución política necesita haber pasado por un proceso, sino es solo una revuelta. Gente protestando en la calle aunque sean millones no es suficiente para conseguir cambios. La estructura que posibilita y garantiza el cambio como un proyecto sólido y viable rara vez guarda directa correlación con los tumultos callejeros. Tienen que haber acuerdos saludables entre los actores económicos y políticos. La voluntad de promover cambios efectivos para arreglar los problemas. Fue el caso del 68 en EE.UU. cuyo efecto colateral fueron importantes reformas en la legislación como expone la cineasta Mimi Leder la lucha de la abogada Ruth Bader Ginsberg contra la discriminación en USA en su film On the basis of sex (Una cuestión de género):
Ruth defendió la igualdad de género en los tribunales defendiendo a un hombre. El tema #MeToo (acoso sexual) no estaba en la base de su argumentación siendo un facticidad desde siempre. El film de expone desde
el abuso del poder masculino no solo patriarcal sino también institucional. La policía abusa de sus atribuciones. No todos están de acuerdo, pero hay una cohesión que va mas allá de la complicidad.
Decimoquinta pregunta: ¿Qué juicio tendría que ganar en Chile para sentar jurisprudencia?
Un buen ejemplo es reducir las dietas parlamentarias. En Chile se ha demostrado que las masas pueden también ser pacíficas en su manifestación. Unirse a la marcha convocó y creó espíritu de solidaridad frente un gran cantidad de chilenos que han venido aguantando mucho y por demasiado tiempo. Cabe destacar que la capacidad de aguante va en directa relación con el pan y el circo que el sistema pueda proporcionar.
Decimosexta pregunta: ¿Cuál es el marco performativo de la protestas: cultura popular, populista o pública?
Impresionan y emocionan las imágenes de la performativa de la protesta. Iconografía de una cultura popular con arraigo vinculante: guitarras en alto en un homenaje póstumo a Victor Jara; las velas de una religiosidad popular de raigambre colonial; el tricolor patrio operando desde la mejor tradición revolucionaria francesa.
Decimooctava pregunta: ¿Es de mal tono ser pobre?
The right to have rights es solo posible si se tiene la posibilidad de negociar con un valor que puede ser “agregado” a la Marx. La fuerza laboral chilena no calificada gana mal, pero la calificada también. Muchos no tienen los medios para calificarse y los que se calificaron tuvieron en muchos casos que endeudarse para obtener su título ya sea ténico o profesional. Luego no ganan lo suficiente o están cesantes.
No tengo una solución a mano. Los chiquillos del XIX la tuvieron trayendo capital humano desde el extranjero. Súbditos que venían huyendo de revoluciones postnapoleónicas, de la miseria y la opresión estamental aceptan el desafío de radicarse en un país postcolonial en gestación. En Chile principalmente alemanes organizaron instituciones que le dieron una solidez política y social al país tras las guerras de independencia. El azul prusiano dio el tono. Es decir desde la tradición que venía saliendo el despotismo ilustrado.
Los pobres, las clases emergentes se conviertieron en profesores de estado y funcionarios públicos educados por el estado para el estado. Ese modelo ya no tuvo vigencia a principios del siglo XX y lo demostraron la fuerza de las movilizaciones sociales en el norte. El movimiento del 68 le dio la extrema unción y durante la Unidad Popular se le dio sepultura definitiva al modelo Estado Docente. Luego vino el tono verde olivo en sus variantes americana y cubana.
Decimonovena pregunta: ¿Si se cambia el “tono” de las instituciones seremos más democráticos?
El estado no tiene un proyecto de formación ciudadana y eso no se soluciona incluyendo la materia educación cívica en los programas de enseñanza media. Del individuo a la persona que se tendrá que mover en el espacio público hay un largo proceso de formación. Es importante tener un proyecto generacional sólido y viable que garantice el desarrollo de las potencialidades reales y no reprima los talentos naturales. Solo quien se sienta libre podrá ser feliz y por ende tener un componente pacífico dentro del conglomerado humano. El miedo no come caliente y la frustación no potencia precisamente el desarrollo espiritual.
El estado debe tener claro el ciudadano que necesita para que el proyecto de organización política funcione y para ello debe garantizar una buena educación pública y no una instrucción pública al estilo “la letra con sangre entra”.
Miro una Europa vieja y cansada pero a fuerza de tanto lifting parece joven… es solo recauchaje de antiguas instituciones. La principal sigue siendo la monarquía, le sigue la Iglesia y la universidad. El sistema garantiza educación y salud, no siempre óptima, pero como derecho básico en el paquete de las prestaciones a las cuales tiene derecho todo ciudadano.
Hoy por la mañana uno de mis sobrinos en Alemania cumplía 8 años. Como todos los días lo pasó a buscar un amigo y se fueron juntos caminando al colegio público que le corresponde a su circunscripción. Junto a su mochila, digna de curso de comando por el peso, llevaba un cargamento de 23 muffins hechos en casa para compartir con su compañeros. Mi hermana en Chile comentó:
El día que en mi país el colegio privado sea sólo una alternativa y podamos mandar a nuestros hijos al colegio público del barrio nos podremos sentir en cierta medida iguales.