De todos los proyectos culturales en los cuales he participado en Berlín, hay uno que ha cobrado actualidad: Verloren Gewonnen. Zwischen Sprachfremde und Wortheimat (Editorial Geest-Verlag, Berlín 2001-ISBN 3-934852-50-5); una antología sobre el trabajo literario de mujeres extranjeras que escriben en alemán. 15 autoras de diez países escriben en una lengua extranjera y desde una cultura que les era ajena.
Todas escriben desde una distancia emocional y geográfica, pero además en alemán. Pasar un texto escrito desde la lengua materna a otro idioma no es un trabajo menor, como lo pude constatar en el trabajo de los traductores literarios María Bamberg (1915-2016); (traductora de Carlos Fuentes e.o.) y Christian Hansen (traductor de Roberto Bolaño); pero escribir literatura en un idioma que no es la lengua materna constituye un enorme desafío. Hay muchos ejemplos en este sentido como lo demuestra la escritora Agota Kristof (1935-2011) de origen húngaro, quien no solo supero la barrera idiomática, sino de una forma magistral.
Mi incursion literaria comenzó en los training de danza de la compañía Tanz Tangente bajo la dirección del coreógrafo Joseph Tmin. Allí conocí a María, una alemana algo mayor, quien llegaba al training con su perro pastor alemán. Cargaba una trágica historia y escribía para procesar la pérdida de su gran amor fallecido prematuramente. Un día de sopetón me conmina aventurar una suerte incursion literaria:
― ¡Astrid, seguro que tu escribes tan bien como bailas! ¡Pásame algo para que lo incluyan en el proyecto de la Asociación LiteraturFrauen e.V.
Paralelamente al grado de filosofía estudiaba Lateinamerikanistik, pero el trabajo literario no era prioridad en ese momento.
María fue tan insistente, rayando en lo cargante, que para dejarla tranquila distraje un día mi trabajo de investigación académica en el Instituto Iberoamericano de Berlín y traté de pensar literariamente y contar alguito. Una imagen constituyó una suerte de inspiración: me acordé de mi madrina alemana: la Tante Hanno de Hamburg, que llegó a Chile de visita y se quedó para siempre. Era una mujer alegre, divertida, sexy y muy presente. Su mayor atractivo era el simple hecho de no tener nada en común con ninguna de las chileno-alemanas de la Región de los Lagos, quienes además, nunca la entendieron. Recreando a la legendaria Tante Hanno y desde una reflexión sobre las inmigración alemana en Chile y sus descendientes escribí “La alemana importada”. Ese cuento me dio muchas satisfacciones y cada vez que pienso en las historias de mujeres emigrantes me acuerdo de la tía Hanno (Q.E.P.D.) y del conflicto entre la libertad individual y la obligación asociada al rol del género en el marco de la integración cultural como inmigrante.
Durante mis estudios latinoamericanos en la Freie Universität Berlín conocí personalmente algunas autoras que escriben desde y para un feminismo (Tununa Mercado, Cecilia Serrano, Patricia Cerda e.o.). Todas ellas, incluyendo a la celebrada Isabel Allende, relatan y recrean imágenes de mujer con ese toquecito feminista tan en boga, pero las identidades de género de los personajes siguen demasiado contectados al estilo Corín Tellado (1927-2009). Me falta la fuerza de una María Luisa Bombal (1910-1980), Pearl Buck (1892-1973) o Clarice Lispector (1920-1977/Ucrania-Brasil) y por qué no también de una Margareth Mitchell (1900-1949) con su legendario personaje de Scarlett O’Hara (Gone with the wind, Macmillan Publishers, New York, NY, 1936).
La mujer real y raramente ‘plenamente realizada en su emancipación’; incluso invisibilizada en la recreación literaria, hace presencia con un cambio del paradigma hacia finales del siglo XIX y la Primera Guerra Mundial. Las mujeres vuelan: Amelie Hedwig Boutard Beese/Melli Beese (1886-1925); escriben: Selma Lagerlöf (1858-1940), investigan: Maria Salomea Sklodowska/Marie Curie (1867-1934), bailan: Isadora Duncan (1877-1927), cantan: Eleonora Harris/Eleonora Fagan/ Billie Holiday (1915-1959), pintan: Frida Kahlo de Rivera (1907-1954), esculpen: Käthe Kollwitz geb. Schmidt (1867-1945); diseñan revolucionando la moda: Gabriel Chasnel/Coco Chanel (1883-1971); movilizan en el espacio público la política contigente: Dolores Ibárruri, “La Pasionaria” (1895-1989), trabajan en ingeniería aeronáutica: Melitta Schnek Gräfin von Stauffenberg (1903-1945); activan nuevos partidos politicos en sus países: Rosalía Luxenburg/Rosa Luxemburg (1871-1919); obtienen el grado de doctoras en el área de filosofía: Dr. Helene Stöcker (1869-1943), en fin revolucionan y evolucionan los espacios públicos a los que pueden acceder.
Buscando en la tienda departamental cultural Dussmann en Berlin inspiración para el día de la mujer (8 de marzo) encontre una curiosidad literaria: la novela inédita de Simone de Beauvoir Les inséparables (Èditions de l’Herne, Paris 2020/Las inseparables, Random House 2020).
Siete décadas han transcurrido desdeque Le Deuxième Sexe: Les Faits et les Mythes, T. I; L’ experience vécue, T. II (1949, París)/El segundo sexo (Ed. Siglo Veinte, 1972) se constituyera en marco de referencia obligado para las feministas y los movimientos que abogan por los derechos del género. Esta sorpresa literaria póstuma editada en plena pandemia por la hija adoptiva de Simone de Beauvoir (1908-1986) y curadora de su legado, Sylvie Le Bon de Beauvoir, expone el conflicto de dos chicas de buena familia y estudiantes universitarias a principios de siglo en París. Estaban en el espacio público a diferencia de sus madres, pero no habían logrado constituir una identidad sólida y acorde a los nuevos tiempos. La historia, en gran parte autobiográfica, sobre la amistad entre dos chicas a principios del siglo XX, es un requiem. El conflicto planteado en la novela a la vez ligera y profunda sigue vigente.
Las chicas del nuevo milenio juegan futbol, boxean y trabajan en prácticamente todas las áreas, pero también están sometidas a una constante confrontación interna tratando de conciliar su educación formal y formación moral con aquello que quieren lograr en el espacio público, lo que quieren llegar a ser como personas y lo que finalmente pueden llegar a ser. Muchas veces ‘no gracias a’, sino ‘a pesar de’ ….
Y recuerden siempre que: ‘todos los días son días de la mujer!’